Para Luciano, Buenos Aires
En las fotos, la Iglesia del Pilar y la heladería Freddo de Recoleta.
Hay una ciudad civilizada, turística, paseante, relajada y vigilada. De alguna forma es la ciudad de mi infancia, cuando papá nos señalaba desde el auto las carteleras de los cines o las luces de las publicidades alrededor del obelisco, o cuando abuelo Pedro me llevaba en el 98 a tomar el té a la Avenida de Mayo, de traje y sobretodo, él; de pollera tableada, tapado, guantes y sombrero tirolés, yo. (Pero tampoco es idéntica. Un jubilado cualquiera, como era mi abuelo, podía subirse a un colectivo con su nieta en un suburbio y pasear tranquilamente con ella por la ciudad. Un señor más o menos rico, como era mi padre, podía circular en Cadillac con las ventanillas abiertas con sus hijas, que no tenían ni idea de cómo se trababan las puertas. Había pobres y ricos, sí, aunque creo que menos pobres y menos ricos. Y había una cierta idea de decencia que los comprometía a todos. La ciudad apoyada en una enorme y mullida clase media cuyo primer objetivo en la vida era educar a los hijos, educar a los hijos, educar a los hijos).
Con quién y dónde fue mi niñez.
1 Comments:
Gracias, Alicia, por estas fotos de viejos lugares conocidos. ¡Qué lindos que te quedaron esos cielos porteños! ¿Me recuerdan tanto a la humedad del Río de la Plata!
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