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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

03 enero 2008

Piazza Navona


Y seguimos siempre buscando el Tevere y llegamos, sin buscarla, a Piazza Navona. Algunas cosas que no sabíamos: 1) que la bellísima Fontana dei quattro fiumi, entre los que está nuestro contaminado Río de la Plata (que del lado uruguayo es mar, así que Bernini sólo pensó en mi Buenos Aires querido y ni por asomo en la vereda de enfrente) estaría lamentablemente cubierta porque la están restaurando. De paso: se ve que los restauradores italianos tienen mucho, muchísimo oficio: hasta para cubrirla tuvieron en cuenta que es un atractivo turístico fenomenal, y que todos los visitantes de Roma quieren verla: le dejaron a una especie de carpa blanca de plástico cuatro "ventanas", también de plástico pero transparente, para que uno pueda al menos chusmear un poquito esas cuatro figuras monumentales que rodean el obelisco, que fue la excusa inicial para toda la obra. Como en cada uno de los monumentos romanos, el escudo papal es infaltable.

2) La Piazza Navona se convierte en las fiestas navideñas en el mercadillo más popular de Roma. Animada y festiva, con familias enteras de romanos pero también grupos de turistas que a todo le sacan foto, la plaza se colma de tienditas que venden adornos para los árboles de navidad, algunos verdaderas obras de arte, bolas de vidrio soplado, hermosísimas pero lamentablemente tan frágiles; figuras del pesebre de todos los tipos, todos los materiales y todos los precios (pero siempre carísimos); calesitas y caballitos que suben y bajan donde juegan los chicos; puestos de castañas asadas, de batatas, de manzanas caramelizadas; músicos callejeros que le añaden ritmo al paseo; y por todos lados la esperada "befana", la bruja buena que tradicionalmente era quien le traía a los niños italianos los regalos de Navidad, antes de que el cocacolero, colorado y panzón Santa Claus se globalizara, nos globalizara para decirlo mejor: al contrario de lo que se suponía o se esperaba eso de "globalizar" no significó que cada uno aportara lo suyo, lo mejor de lo suyo, al "globo" del planeta, sino que nos iban a meter a todos, por las buenas o a patadas en el culo, en el mismo globo; avatares de los tiempos que nos han tocado vivir.

En fin: la cuestión es que los romanos defienden a rajatabla su "befana", y hasta te cuentan que la verdadera brujita romana era cachetuda, con mofletes gordos, y no la bruja huesuda y hambrienta del resto de Italia.

Me compré mi befana, por supuesto; y les traje de recuerdo una a Juliette (me contó después que su abuela, italiana de verdad (no como otros! mmmmmmm!!!!!!) se acordaba perfectamente del personaje) y otra a Sofi, la nena de Eva y Tomeu, esa mezcla perfecta de porteña y mallorquina, graciosa y vital, que cumple años el 1 de enero.

Como no puedo ponerles la foto de la famosa fontana, ahí va una del Bibi con una estatua viviente de la Piazza Navona, tras la cual uno siempre sospecha, no sé por qué, que debe haber un mudo y en estos días helado compatriota.

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