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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

28 diciembre 2007

El viaje

Después de muchas vueltas logramos viajar juntos. Sí, parece un chiste. Pero no: el viaje fue estrambótico: yo iría a Madrid el sábado a la tarde, acompañando a los chicos que tendrían que pasar la noche allí para salir al día siguiente hacia Buenos Aires, y el Bibi, que el sábado tenía guardia, se reuniría conmigo en Barajas en la mañana del domingo. Al final el vuelo de los chicos se "reprogramó" (qué palabrita! Muy moderna. Parece que todo puede "reprogramarse" ahora; hace unos años ni existía la palabra, creo). La cuestión es que casi en la madrugada (para mí, que soy de hábitos más bien nocturnos), del domingo 23 de diciembre, recién llegado el Bibi de su guardia en Inca, que había sido agotadora e insomne, arrancamos rumbo a Son Sant Joan. Detalles, detalles: despertamos a esas horas casi inmorales al pobre Joaco, que como un hijo ejemplar nos esperó helado al pie de las escaleras de la Plaza Mayor para llevarnos y volverse con mi albóndiga (el convertible, sí, el famoso convertible con el que ya tomé confianza y que así, de paso que estoy en un paréntesis les digo que merece no sólo un comentario aparte en este blog, sino casi un libro: mi convertible está perfectamente vivo, y es muy caprichoso además). Y allá partimos hacia Madrid primero, para esperar el vuelo de Alitalia que al fin nos dejaría en Roma. Las cosas que yo siento cuando esas desgraciadas moles ponen los motores a mil y te adhieren al asiento para despegar, sólo quien siente verdadero terror las sabe. Pero en fin: al menos ahora, después de tanto y tanto, he conseguido tomar coraje y subirme a pesar de todo. Para el resto será nada, apenas un detalle o un comentario: "mirá, Ali por fin se anima a viajar". Para mí es un mérito gigantesco. Me siento una verdadera heroína, qué sé yo, una Juana de Arco del siglo XXI.
Como en un sueño, efecto del pastillaje del que me valgo para soportar lo insoportable, me acuerdo de que el vuelo fue bueno, y que tuvimos que esperar un rato bastante largo en Barajas, y que aproveché, cómo no, para compar alguito en el free shop. Y que tomamos un café en alguna parte, y que nos metimos más de una vez en esa especie de jaulones vidriados, vergonzosos, apestosos, que la generosidad de las autoridades aeroportuarias de Barajas previeron para los fumadores. Y que pensé, y que pienso, que algún día en el futuro, a alguien, quizá incluso a mí misma, le dará vergüenza haber sometido a la gente a semejante humillación.
Pero sigamos: por fin llegamos a Roma, en un vuelo de Alitalia que duró algo más de dos horas y que también fue bueno (demos gracias a Dios). Me cuenta el Bibi que al final hasta me comí un sandwiche mientras volábamos; yo no me acuerdo. Y llegamos a Roma alrededor de las dos de la tarde, creo. En todo caso la mañana se nos había ido entre vuelo y vuelo, ay, por los aires.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ya era hora, pesada, que nos tenías con el alma en un hilo.
Venga, cuenta, cuenta, que estamos ávidos de Roma.

29/12/07 11:29  

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