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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

13 junio 2007

ay patria mía, ay patria mía

Cuando yo era una adolescente de 16 ó 17 años era bastante marmota. Sí, no me lo digan: sigo siendo bastante marmota, pero dejémoslo. A pesar de eso me daba cuenta de que algunas cosas no podrían funcionar eternamente así, y aunque si entonces alguien me hubiera hablado de "contrato social" no hubiera entendido una palabra, sabía de un modo digamos intuitivo que había una especie de ruptura entre los discursos y las prácticas, entre lo que me decían y me habían enseñado que estaba bien y estaba mal, y lo que hacía la gente cotidianamente.
Lo que mucho después se llamaría corrupción, que en esa época no se llamaba de ninguna manera, ya estaba instalándose o estaba ya instalada en la cabeza de la gente. Si había una ley de tránsito que decía que no se podía ir a más de tanto por hora en las rutas, eso era para la gilada. Llegar a Mar del Plata en tres horas y media por una ruta de doble mano escasa, que ahora nos parecería poco más que un callejón, era la demostración práctica de lo vivo que uno era, y de cómo cada quien podía hacer lo que se le ocurriera con la sola condición de tener el dinero suficiente para comprar un auto veloz y después pagar las coimas necesarias para que nadie lo jodiera. Los muertos que quedaban en el camino cada verano eran un accidente, y en todo caso un problema de otro, en el que nadie, por supuesto, tenía nada que ver, responsabilidad cero. Esa especie de manía de burlar la ley, de vivir como si la ley no existiera o no fuera para nosotros, ya estaba allí, vivita y coleando, y esperando como si fuera un demonio para hacer los estragos que haría en la Argentina con la sola colaboración del tiempo.
Y yo, que era una marmota, sí, me peleaba mucho con mucha gente por estas cosas. Y me tenía que callar la boca, también, porque la respuesta de mis mayores era generalmente que yo no entendía nada de la vida y de cómo funcionaba el mundo real, y que ya los años se ocuparían de avivarme, y en pocas palabras: tú te callas, que así funcionaba la relación padres e hijos cuando yo era adolescente, al menos en mi casa.
Ayer salió la estadística anual de extranjeros que vivimos en Mallorca: los argentinos somos algo más de 11.000, la cuarta comunidad después de los alemanes, los ingleses, los italianos (!!!!!!!!!!) . O sea: somos la primera comunidad, porque esos italianos que figuran en tercer lugar, con también alrededor de 11.ooo ciudadanos empadronados en Mallorca, son tan argentinos como yo: italianos nacidos en Bernal o en Lanús o en Almagro o en Mar del Plata.
¿Que qué tiene que ver aquella historia de mi adolescencia con estos bastante más de 20.000 argentinos expatriados? Ah amigos míos! De aquellos polvos, estos lodos.

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