Diario de viaje: una argentina en Mallorca

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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

27 enero 2008

Pues ahora me entero

Esas fiestas de San Sebatián que a mí me gustaron tanto parece que no le gustaron a nadie más que a mí. Ustedes me dirán que les conté que allí había miles de personas, y que todas parecían disfrutar tanto como yo de aquel festejo, que además me resultó tan popular. Me apuro a aclarar que todo lo que les conté era verdad, la pura verdad. Pero parece que todos esos miles que estaban allí, y yo misma, somos todos una manga de horteras. Que en mi lengua viene siendo una turba de mersas. Al menos eso vengo leyendo en los diarios desde entonces. Y lo peor es que lo dicen sobre todo los tipos que a mí más me gusta leer en el diario. En fin. Parece que esas fiestas que yo veo tan polulares nos gustan sólo a los guiris y a los horteras como yo.

Tengo una amiga que dice siempre que todos tenemos en la vida un rinconcito medio mersa. Y yo le tomo el pelo a mi Bibi con que su parte mersa es la que hace que le guste Sandro, por ejemplo.

Pues ya ven: parece que mi parte mersa, la que todos tenemos, me salió a relucir acá en Mallorca, y es la que me hace disfrutar de esos festejos multitudinarios, gratuitos y encendidos. Lo confieso: los fuegos de artificio me deslumbran absolutamente. No hay nada que hacer: debo ser una hortera de primer orden.

Juaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!

Miren el trabajo y las fatigas que les darán a los palmesanos las "cotorras argentinas" que hasta las sacan en los diarios. Vean:

diariodemallorca.es » Diario de Palma

Preocupación por las cotorras argentinas

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Reis Catòlics y Can Pastilla, los barrios con más plagas en 2007. Diario de Palma
El resto de plagas que atacan Palma son controladas desde el centro animal de Son Reus. El veterinario responsable, Pedro Morey, informó de que la única especie que da inicios de descontrol es la cotorra argentina que está anidando de forma excesiva en Son Armadans y el bosque del Castell de Bellver. En este sentido, Morey concretó que todavía no existe un plan especifico pero se está estudiando en una campaña para atacar a esta especie exótica. Durante 2007 el número de plagas descendió respecto el ejercicio anterior, tanto en número de gatos abandonados (998), como de palomas (1.972). Según comentó Morey, estas últimas se han dispersado más por el área metropolitana debido a la gente que le da comida lo que dificulta su captura. El año pasado también se capturó a 14 perros silvestres de las camadas que atacan al ganado de la periferia urbana.

21 enero 2008

Las fotos

Y las fotos que les puse no son mías: me había olvidado de poner la cámara a cargar. Pero aprendí a guardar en mi compu las del diario, así que se las "robé" al Diario de Mallorca. Ya que me da tantos disgustos con esa lengua de discriminación, por fin consigo que me compense con estas imágenes. Hay que aprovechar lo bueno.

Y para el final de fiesta

Más de media hora de fuegos artificiales iluminando la Seu. Fue una noche fría pero serena y clara. Una multitud recibía cada estruendo con un ahhhhhhhhh, y hasta desde el mar se sumaban espectadores con sus barquitos.
Me da hasta un poco de envidia que puedan hacer semejantes festejos callejeros y multitudinarios y en paz; hay cientos de chicos jóvenes enmascarados como demonios y jugando literalmente con fuego; familias enteras hasta con bebés en carritos; caravanas festivas de monstruos alimentados de pólvora; atrevidos demonios que se mezclan entre la gente y corren a los desprevenidos blandiendo sus palos encendidos. Y no hay ni un problema, ni un escándalo, ni una rotura de un farol de la calle. Atrás de toda esa caravana de ruido y fuego y pólvora y multitud, inmediatamente atrás, vienen barriendo y limpiando las calles a manguerazos. En la madrugada del día siguiente, hoy, no queda ni rastro de la fiesta. Impecable. Chapeau por ellos.

Els demonis

Ayer arrancaron de los jardines de la Misericordia, bajaron por las Ramblas, la calle Unión y el paseo del Born hasta llegar a la Seu. Se habían apagado las luces de la ciudad y en su lugar había antorchas encendidas. Los edificios más emblemáticos bajo la luz de la luna y el fuego de las antorchas eran un espectáculo aparte de la fiesta.

Y como pude, ahí van más


Cada 20 de enero Palma se llena de fuego y "demonis", fantástico.

Para ver si puedo


Como no pude sacar fotos de los festejos de San Sebastián, que son espectaculares, pruebo a ver si puedo ponerles las fotos del diario. Veamos. En la noche del 19 de enero, las vísperas del Santo, la alcaldesa (desde que vivo aquí la alcaldía cambió de manos y de partido político; era del PP cuando llegué, y es ahora del PSOE, pero antes y ahora tenemos alcaldesa) enciende el primer "fogueró" en la Plaza Mayor, rodeada de los gigantes. Durante toda esa noche arderán hogueras por toda la ciudad, y allí asarán los "butifarrons", las "txistorras" y toda clase de embutidos de cerdo los festivos palmesanos. Comerán y beberán por todas las calles y las plazas de la ciudad, reunidos con amigos, con vecinos, con desconocidos. Y en cada plaza hay música en vivo: jazz en la Plaza de las tortugas, rock pesado en la Plaza de Cort; folklore mallorquín en la Plaza del Olivar, con xeremiers y ball de bot; flamenco en la Plaza de San Francisco; y un poco de todo en la Plaza de España. La ciudad entera es una humareda de carne asada y celebración.

19 enero 2008

Noticias

Por si alguien a estas alturas todavía me lee, ahí va aviso: acabo de cambiarle el nombre al blog, lo que significa para mí muchísimo. Cuando empecé a escribir esto tenía un determinado estado de ánimo, y también una clara intención de comunicarme con tanta gente. Las cosas, no sé si para bien o para mal, han cambiado. El tiempo, que no todo lo cura pero sí todo lo cambia, me ha aliviado el dolor de la distancia, que verdaderamente fue lacerante durante el primer año de esta especie de exilio voluntario. Y también el tiempo, y seguramente la distancia, me ha ido limando la angustia terrible que me provocaban muchas imágenes de mi propio país. Ahora, ya instalada en otra parte, miro la Argentina como deben mirar la tierra los astronautas. Y se ve preciosa; un tanto ajena, pero preciosa. Se han perdido los detalles, las minucias. Y así es muchísimo mejor. Me duele mucho menos. Ese ay patria mía tan agónico ya no es lo que siento.
Tampoco sé ahora si sigo escribiendo esto para ustedes o para mí misma. No sé siquiera si alguna vez lo escribí para otro que no fuera yo. En todo caso ahora noto que se ha convertido en un registro de un tiempo que de otra forma hubiera perdido. Este diario de viaje es el diario de una vida cualquiera; de la mía.
Y Mallorca, esta "isla maravillosa", como la he nombrado con un dejo de ironía tantas veces, ha dejado de ser para mí un paisaje, un decorado, para ser el lugar en el que vivo, con lo bueno y con lo malo. Y ya a esta altura no importa mucho si fue mi elección; después de todo cuántas cosas de nuestra vida son verdaderamente nuestra elección?. Al menos de la mía muy pocas. A medida que me pasan los años cada vez se me hace más claro que el azar tiene un papel mucho más determinante en nuestra historia que nuestra voluntad, nuestra escasa y engañosa voluntad. Y aquí, en esta isla que se me presentó tan adversa y tan áspera, he empezado a tejer lazos de afecto que seguramente ya se quedarán conmigo para siempre. Tardé mucho, pero empiezo a entenderles muchas cosas que me resultaban incomprensibles. Nunca seré una de ellos, y me parece que ya hasta sé por qué. Pero seré su amiga; por fin les encontré la vuelta y tienen su encanto. Su discreto encanto, diría. Quizás sea que reservan la opulencia, la voluptuosidad, el desenfreno, para el paisaje. O quizás todavía me quede, como con todos los amigos, mucho por descubrir y apreciar.
Así que ya saben: cambiamos de nombre. No está mal. No está nada mal.

El Vaticano


Allí nos pasamos buena parte del día: la avenida que lleva hasta San Pedro está llena de bares, restaurantes, heladerías, negocios de souvenirs romanos donde te venden desde imanes con fotos de la Dolce Vita o de La princesa que quería vivir (que en España se llamó Vacaciones en Roma) hasta hábitos de órdenes religiosas o rosarios bendecidos; librerías, santerías y embajadas ante la Santa Sede. De paso: la nuestra, la argentina, tiene una bandera que da pena, enredada en el mástil, sucia, casi un harapo que no se distingue de otras varias que cuelgan en el mismo edificio. A pocos metros está la de Brasil, impresionante. Pero sigamos. Tomamos cafecito, cómo no, y nos sacamos fotos en la plaza antes de irnos a hacer una cola de horas para entrar a los Museos Vaticanos. El mundo entero parecía estar haciendo cola allí: parejas de gays, familias enteras de chinos, unos sudamericanos con caras de sudamericanos que se iban colando hasta que los perdí de vista, y que deben haber tardado 10 minutos en hacer lo que a nosotros nos llevó una hora y media, y mucho tránsito en las calles laterales, que nos recuerda que aquello no es un montaje sino una ciudad normal en la que siguen viviendo los romanos que hacen su vida al margen de nosotros, los turistas.

Para entrar a los Museos vaticanos hay montada una sala gigantesca donde se hacen los controles de seguridad y montones de ventanillas para pagar la entrada: 13 euros por cabeza. Ya adentro todos los carteles del circuito te van llevando hacia la Capilla Sixtina, que se ve que es lo que todo el mundo quiere ver. ¿Qué puedo decirles de ese museo vaticano que no esté dicho? Galerías y galerías colmadas de obras de arte de todos los tiempos, hasta el vértigo, hasta que llega el momento en que uno ya ni mira porque tiene agotada la capacidad de distinguir. Mármoles de unos colores que no pueden ni imaginarse; una ostentación de riqueza que impresiona y que está expuesta justamente para eso. Y algunas novedades: hay varias salas dedicadas al arte contemporáneo que fueron incorporadas bajo el auspicio de los últimos papas: Pablo VI y Juan Pablo II. Me pregunto con qué criterio se seleccionaron las obras, pero no hay nada que lo indique. Y hay por lo menos dos obras de un escultor rosarino del que no tuve la precaución de anotar el nombre así que se los debo; de todas formas a mí no me gustó, que igual no quiere decir nada, por supuesto. Y la Capilla Sixtina, por fin, que casi no puede ni apreciarse de tanta y tanta gente. No creo que pase mucho tiempo antes de que restrinjan la entrada; es demasiada multitud, asfixiante.

En esta foto


Me pasa muy pocas veces, pero cuando me pasa me impresiona: en esta foto tengo un gesto parecidísimo a mi hermana, miunicahermana, que por cierto estaba cuidando a mis chiquitos mientras yo muy horonda me paseaba por Roma

Y el Castel Sant´Angelo


Allí, increíble, con ese color tan romano, el castel Sant´Angelo es como la antesala de la Piazza San Pedro. Curiosidades: al lado hay instalada una pista de patinaje sobre hielo, que se llena de gente y de la que ya nos habían hablado Joaco y Juliette. Y otro dato que empieza a llamarme la atención: a pesar de que no es temporada alta, a pesar del frío y de las fiestas, Roma está repleta de turistas. Me parece que en relativamente poco años el turismo se ha convertido en un fenómeno social y económico descomunal. ¿Eso será bueno? ¿Será malo? No lo sé. Por lo menos es contradictorio: Roma está repleta de turistas y repleta también de inmigrantes muy pobres y muy, muy, desamparados, que corren de la policía como del demonio, que se esconden detrás de columnas milenarias para ofrecerte lo que venden, que generalmente son copias más o menos malas de carteras de firmas famosas. La primera conclusión es la más obvia: hay una parte de la humanidad que tiene unos recursos que le permiten gastar en vacaciones caras, y otra parte sumergida a la que parece que nadie quiere ni ver cerca. La policía corriendo pobres que huyen asustados sin encontrar refugio ni en la iglesia en las puertas mismas de San Pedro es ya el colmo de lo que uno espera ver en este mundo. Y en estos días de San Antonio en que veo en los diarios que en esa misma plaza se bendicen mulos y caballos, perros y gallinas, ovejas y gatos que son tratados como criaturas del Señor (que son, también) por cardenales y arzobispos a los que por cierto no vi salir a bendecir a esos pobres chicos negros suma y suma a las grandes contradicciones de esta pobre, pobre humanidad. Evidentemente el lugar en el que a uno le ha tocado nacer supone una barrera muy difícil de saltar. Determina incluso si uno, sea uno una persona o una mula, será considerado por los demás con la dignidad de un ser humano o de una bestia de carga. Será de Dios.

Y el Bibi


No se los conté todavía: conocer Roma era uno de esos sueños pendientes del Bibi. Como no es ay qué expresivo el hombre (ay la mallorquinidad) no es que saltaba en una pata, pero yo sé que estaba contento de estar allí. Ahí va su foto.

Sigamos, sigamos


Desde muchos lugares de Roma se divisa a lo lejos la cúpula de San Pedro. Aquí, en los puentes del Tevere, se ve perfecta y es muy conmocionante y va mucho más allá de la fe. Probablemente forma parte de nuestro "capital simbólico" occidental. Son esos clásicos de los que todos sabemos algo desde siempre, que nos vienen ya como incorporados en la genética. Maravilloso. En este viaje la vimos por primera vez allí, cuando la teníamos ya muy cerca, como si fuera la escenografía del Ponte de Sant´Angelo. Ahí va la foto.

17 enero 2008

Me olvidé


Antes de cruzar el Tevere y llegar a San Pedro, me olvidé de ponerles foto de la fuente de la Piazza Navona que sí se veía. Es la Fontana del Moro, de Bernini como la de los cuatro ríos. Las dos, imágenes emblemáticas de la Roma barroca; me resulta mágico tenerlas enfrente, y ahora que las evoco me parece un sueño haber estado allí. Ah Roma! Yo tiré, esperanzada y obediente, las monedas en la Fontana di Trevi. ¿Será que volveré?

Los dejé en Piazza Navona


Y antes de que ese breve paso por Roma sea una bruma de recuerdo, como hilachas, voy a seguir contando, contándome, el recorrido del 24 de diciembre romano. Allí, esa primera mañana que paseamos por la Piazza Navona, entre los puestitos de vendedores nos llamó la atención uno que vendía "belenes latinoamericanos". Figuritas del pesebre hechos en barro se supone que por los indios; varios modelos: indios bolivianos, peruanos, ecuatorianos, argentinos, cómo no. Pero resulta que hubo un detalle que me hizo sospechar: los tales indios, las figuritas evocadoras de San José y los Reyes Magos de ponchos y ojotas, tenían barba. Indios con barba!!!! Mmmmmmmmm, me dije para mí misma, estos son igual de indios que yo; deben ser figuritas de indios tobas made in China. ¿Será que en una especia de revancha étnica los chinos nos verán a todo el resto igual, como nosotros los vemos a ellos? Mejor dejémoslo. Vendiendo esos originales pesebres de indios barbudos, un argentino (que no puede faltar). Hincha de Independiente, para más datos, así que le estampo abrazo y beso y feliz navidad. Y seguimos por callecitas colmadas de anticuarios, de iglesias, de fuentes, de gente que pasea cargada de paquetes. Y llegamos por fin al Tevere, exactamente al Ponte Sant´Angelo que era donde queríamos llegar. Y ahí les pongo fotito, y mañana sigo.

15 enero 2008

Serenata para la tierra de uno

Ayer, en medio de ese fragor de batalla en el que se había convertido el aeropuerto de Ezeiza y que se veía en los noticieros de medio mundo, en las tapas de casi todos los diarios de España, mis chiquitos se volvían de Buenos Aires. Así que mientras recibía las noticias de semejante despelote yo trataba de imaginármelos a los dos en el medio de ese caos. Como cada vez que me toca comunicarme con el consulado que tengo más cerca, el de Barcelona; como aquel bendito día del quiosquito de Tribunales y la Cancillería y el Colegio de Escribanos y vuelta a empezar desde el principio como en una calesita sin fin; como cuando vi las noticias de los balazos entre los "buenos muchachos" mientras movían el cadaver del viejo, lo que quedará todavía del cadáver del viejo, en peregrinación de aquí para allá; como ese mediodía en el que supe que Cristina Kirchner estaba en la misma isla que yo, visitando a los reyes, en calidad de senadora o de primera dama o de candidata o de todo eso junto, pero en todo caso con los dineros de los argentinos; como cuando leo por enésima vez las mismas noticias de los mismos piqueteros cortando las mismas calles. Como todas esas veces, digo, ayer, cuando todo era incertidumbre y no sabía cuándo podrían volver por fin los chicos, ni siquiera si podrían volver, me vinieron a la punta de la lengua aquellas "porque me duele si me quedo pero me muero si me voy" de la Serenata para la tierra de uno de María Elena Walsh. Y como todas esas veces también recordé por qué me fui. Por desgracia.
Los chicos ya están acá; traen en la piel todo el sol de mi lugar en el mundo y en los ojos todo el cansancio y toda la nostalgia de un viaje que me da la impresión de que los sacó de la infancia. Ya son argentinos. Mis hijos ya son argentinos. Serenata para la tierra de uno

03 enero 2008

Detalles

Por ahí abajo les puse una foto de la fuente de los libros, esa que a mí me gusta tanto. Resulta que buscando otra cosa que no tenía nada que ver con eso (ya que estoy les cuento qué buscaba: me llamó la atención que Bernini pusiera una alegoría de nuestro Río de la Plata ya en el XVII, cuando después de todo no hacía tanto que estaba descubierto) encontré algo que explica la cabeza de ciervo de mi humilde fuentecita: parece que el proyecto original era para instalarla en la calle de San Eustaquio, y resulta que el tal santo, cazador él, se convirtió en el momento mismo en el que le apuntaba a la cabeza a un ciervo cornudo, dicho sea sin ofender (y no me digan que no es un momento como de imagen detenida de película para venir a convertirse. Dios tiene cada cosa también!) por lo cual se lo representa siempre con este animal, como a San Lorenzo con su parrilla, el pobre, o San Cayetano con su atado de trigo.
Y todavía más: ese SPQR (Senatus et populusque romanus) de la fuente, que no me hubiera llamado la atención en un monumento romano antiguo, sí me sorprendió en una fuente de 1927. Pero también, como la cabeza de ciervo, tiene explicación: la sigla no sólo forma parte del escudo de Roma, sino que Mussolini la usó a destajo como una especie de símbolo de nacionalismo extremo y de triunfo. Pa´impresionar al respetable, bah, como hacen o intentan hacer siempre los locos y los dictadores, así que ya que la fuente le había quedado medio insignificante ahí le debe haber hecho encajar el SPQR, como si fuera el arco de Tito.
¿Y que qué les importa a ustedes todo esto? Ah bueno: a ustedes no, pero a mí sí; y si no lo pongo acá me lo olvidaré muy pronto. Después de todo ese es el material del que están hechos los viajes: detalles que uno olvidará, o que guardará en algún lugar empolvado y remoto de la memoria. Ahora, con esto de la compu, tenemos otro lugar, más higiénico pero mucho menos íntimo, es verdad, para guardar: el disco rígido de la compu.

Piazza Navona


Y seguimos siempre buscando el Tevere y llegamos, sin buscarla, a Piazza Navona. Algunas cosas que no sabíamos: 1) que la bellísima Fontana dei quattro fiumi, entre los que está nuestro contaminado Río de la Plata (que del lado uruguayo es mar, así que Bernini sólo pensó en mi Buenos Aires querido y ni por asomo en la vereda de enfrente) estaría lamentablemente cubierta porque la están restaurando. De paso: se ve que los restauradores italianos tienen mucho, muchísimo oficio: hasta para cubrirla tuvieron en cuenta que es un atractivo turístico fenomenal, y que todos los visitantes de Roma quieren verla: le dejaron a una especie de carpa blanca de plástico cuatro "ventanas", también de plástico pero transparente, para que uno pueda al menos chusmear un poquito esas cuatro figuras monumentales que rodean el obelisco, que fue la excusa inicial para toda la obra. Como en cada uno de los monumentos romanos, el escudo papal es infaltable.

2) La Piazza Navona se convierte en las fiestas navideñas en el mercadillo más popular de Roma. Animada y festiva, con familias enteras de romanos pero también grupos de turistas que a todo le sacan foto, la plaza se colma de tienditas que venden adornos para los árboles de navidad, algunos verdaderas obras de arte, bolas de vidrio soplado, hermosísimas pero lamentablemente tan frágiles; figuras del pesebre de todos los tipos, todos los materiales y todos los precios (pero siempre carísimos); calesitas y caballitos que suben y bajan donde juegan los chicos; puestos de castañas asadas, de batatas, de manzanas caramelizadas; músicos callejeros que le añaden ritmo al paseo; y por todos lados la esperada "befana", la bruja buena que tradicionalmente era quien le traía a los niños italianos los regalos de Navidad, antes de que el cocacolero, colorado y panzón Santa Claus se globalizara, nos globalizara para decirlo mejor: al contrario de lo que se suponía o se esperaba eso de "globalizar" no significó que cada uno aportara lo suyo, lo mejor de lo suyo, al "globo" del planeta, sino que nos iban a meter a todos, por las buenas o a patadas en el culo, en el mismo globo; avatares de los tiempos que nos han tocado vivir.

En fin: la cuestión es que los romanos defienden a rajatabla su "befana", y hasta te cuentan que la verdadera brujita romana era cachetuda, con mofletes gordos, y no la bruja huesuda y hambrienta del resto de Italia.

Me compré mi befana, por supuesto; y les traje de recuerdo una a Juliette (me contó después que su abuela, italiana de verdad (no como otros! mmmmmmm!!!!!!) se acordaba perfectamente del personaje) y otra a Sofi, la nena de Eva y Tomeu, esa mezcla perfecta de porteña y mallorquina, graciosa y vital, que cumple años el 1 de enero.

Como no puedo ponerles la foto de la famosa fontana, ahí va una del Bibi con una estatua viviente de la Piazza Navona, tras la cual uno siempre sospecha, no sé por qué, que debe haber un mudo y en estos días helado compatriota.